domingo, 5 de octubre de 2014

Tandil, cerca cerca

Pocas ciudades tienen tanto tan cerca de Buenos Aires. Tiene esa mezcla entre la rutina de las ciudades y la pereza de los pueblos. Movimiento intenso en el tránsito automotor y también el que se desplaza entre peatonales. En ese mix parece encontrar un equilibrio que seduce. Las sierras, los espacios al aire libre, la actividad cultural encontraron de alguna manera la fórmula para ir rompiendo poco a poco con la estacionalidad. Los turistas tienen motivos para visitar la ciudad todo el año. Y la actividad no se detiene.
Las redes sociales juegan un rol importante al momento de difundir, y más que difundir, incentivar a los viajeros a conocer ciertos destinos. En esa dinámica está Tandil, que no sólo está permanentemente buscando incorporar atractivos, sino también llamar la atención sobre los que ya están establecidos y que se ganaron el lugar de íconos que sirven como referencia de la identidad lugareña. El recientemente inaugurado tren turístico que cubre el trayecto entre Tandil y Vela, pasando por Gardey, tiene todo el éxito que una novedad semejante puede aportar. Son solamente 134 lugares disponibles los que hay en cada formación, que circula los sábados, y la venta de cuyos pasajes se oferta los días lunes, agotándose prácticamente de inmediato. En breve se inaugurará la imagen del Cristo de las Sierras, agregando un atractivo más a la ciudad.
Festivales, eventos culturales, deportivos, armado de circuito turísticos, sorteos. Todo es válido para posicionar a Tandil entre las preferencias de los turistas. Y se obtienen buenos resultados. Los productos regionales son parte del ADN de Tandil. Los quesos, dulces y salames son irresistibles. Las casas de artículos regionales abundan en una oferta variada de estos comestibles. Tan intenso es su sabor como su presencia. Las especies que aromatizan y juegan con los sabores, hipnotizan. Cómo evitar caer en la tentación de entrar en alguna despensa, pulpería o restaurante especializado en estos productos. Y cómo no aprovechar la oportunidad para que entre todas las casas del rubro se forme un circuito que no puede ser otro que el del queso y el salame. Una forma de conocer los productos pero también de alentar a los turistas a consumir, por ende incrementar el gasto, y generar nuevos recursos para la ciudad.
La gastronomía es esencial en Tandil. Pero los espacios verdes son la alternativa ideal para el relax y la conexión con la naturaleza. El lago del Fuerte, el Parque, el Monumento al Quijote, el Centinela, la réplica de la Piedra Movediza, la Sierra del Tigre, el Calvario, el Castillo Morisco, la senda aeróbica, la bicisenda, son los sitios más visitados por los turistas. Las actividades relacionadas con el turismo activo son variadas: trekking, kayak, cabalgatas, cicloturismo, rappel, tirolesa, escalada. Por las noches, no faltan las salidas al teatro, cine, casino y algún pub. Las opciones de alojamiento abarcan desde el tradicional hotel, cabañas y hostels. Finalmente, todo es tanto que un fin de semana resulta escaso. Motivos para volver, sobran. Y más aún, si cada tanto se inaugura un nuevo atractivo. Tandil está cerca, muy cerca. Excusa suficiente para darse una vuelta.
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