domingo, 28 de enero de 2018

[‪#DIARIODEVIAJE] Valle Sagrado, cumplir un deseo. Parte III

El Valle Sagrado es un territorio bendecido por los poderosos designios de la naturaleza, del universo, de la energía suprema. Su denominación remite a la mística, la historia, las tradiciones más profundas de los alrededores de Cuzco. Era un destino ineludible.
En la Oficina de Turismo me habían asesorado acerca de cómo hacer el circuito en transporte público, sin embargo, en términos económicos no resultaba conveniente frente al costo de la excursión. Las combinaciones que había que hacer en transporte público y las demoras, ponían a esta opción en desventaja. Podía andar más libre, era cierto, pero también necesitaba más tiempo para hacer el mismo derrotero.
Luego de regatear el precio, contraté la excursión. Pasaron por mi alojamiento bien temprano. Después de recoger al resto de los pasajeros, nos dirigimos al primero de los sitios arqueológicos que íbamos a visitar en el día.

Chinchero
Era tan temprano que el sol dejaba escapar tibiamente sus rayos. El frío se sentía tanto que nos hacía tiritar. El sitio arqueológico, con sus terrazas y su verde intenso, era un paisaje hermoso. Se supone que la predominancia de los arco iris que se forman después de la lluvia, motivaron su nombre.
La iglesia construida en ese pequeño sitio es una datación antigua. Estaba abierta así que la recorrí brevemente. Las fotos, como en muchas de las numerosas iglesias que hay en Cuzco, no están permitidas.
A pocos metros del templo, las vendedoras de artesanías instalan sus mantas y sobre ellas, los productos que ofrecen a los turistas. Antes de continuar la excursión, visitamos una especie de cooperativa de tejedores. En Chinchero los tejidos con lanas y tinturas naturales son típicos. Una joven, con atuendos característicos y una larga cabellera trenzada, nos recibió con té de coca y el relato de cómo trabajaban artesanalmente la lana y los tejidos.
Habituados a recibir al turismo, la explicación fue en español e inglés. Hablaron de las raíces que utilizan como detergente natural para lavar la lana, pero que también utilizan para el cuidado de los cabellos. El teñido de la lana se hace también con plantas, hojas e insectos como la cochinilla, que extraen de las pencas de los cactus. Al final de la demostración, llegaba el ofrecimiento de los productos exhibidos para la compra.

Moray

Continuamos nuestro trayecto hasta Moray. En el camino, el paisaje desparramado a ambos laddos de la ventanilla era rural, tranquilo, sencillo. De tanto en tanto se interrumpía en su monotonía por la presencia de otros vehículos, en su mayoría destinados al turismo. También podía observarse la presencia de algunos lugareños ya sea trabajando los campos o arriando su ganado. Esta última actividad es desarrollada con frecuencia por mujeres que al mismo tiempo van trabajando con los husos, su lana. Las terrazas circulares de Moray son cautivantes, asombrosas. La recorrida por algunos senderos y miradores son suficientes para llevarse un buen recuerdo. El sol otorga su luminosidad y sus rayos calientan el ambiente. Más allá grupos de nativos se ubican en un sector destinado a la venta de artesanías y algunos comestibles.
La siguiente parada es Maras. Pasamos por ese poblado de casas sencillas donde la belleza de lo simple se vuelve cotidiano y el paso del tiempo se agrieta en las fachadas. Ya era cerca del horario del mediodía y el astro rey se mostraba en lo alto. El andar parsimonioso de los locales daba cuenta del horario propicio para refugiarse en un comedor. Visitamos la plaza principal donde un monumento mostraba los emblemas del distrito. Las minas de sal, son su atractivo más destacado, y por supuesto, se encuentran allí representadas. En los alrededores de la plaza, algunos locales comercializan los productos de la mina. Desde la sal propiamente, apta para baños, y las preparaciones que se realizan con ella. Nos llevaron a realizar compras en uno de los negocios frente a la plaza, donde además nos ofrecieron degustación de frutos secos salados y chocolates con sal. La oferta de productos era realmente amplia.La visita al pueblo era la previa para conocer las minas propiamente dichas. Sin embargo, un conflicto judicial entre la comunidad local y el Estado, por el usufructo de la mina, hizo que ese día el ingreso de turistas estuviera cerrado.  En cambio, fuimos a visitar el mirador del Río Urubamba. Desde allí observamos el caudal de agua más importante de la región, y el poblado que se extendía a sus alrededores.

Ollantaytambo


El paso siguiente fue visitar Ollantaytambo. Las ruinas realmente son impactantes. Negocios de venta de artesanías se mezclan con restaurantes de comidas típicas, y músicas que le ponen ritmo al lugar. Un mercado de artesanías, y luego el acceso al sitio arqueológico. Lo que se descubre, a primera vista es impactante. Empezar a andar subiendo esas terrazas para observar el paisaje. El guía daba explicaciones que hablan de leyendas y mitologías. En el cerro de enfrente podíamos ver algunas figuras recortadas que tenían su simbología y conexión con los astros.
Ascender por esas escaleras de piedra requería de un buen esfuerzo físico, pero valía la pena si el objetivo era andar por entre las ruinas e incluso conocer el Templo del Sol. Entre las terrazas, era posible ver a algunas llamas, acostumbradas ya al contacto con los turistas. Cada piedra era un pedazo de historia, y una invitación a pensar en la ingeniería de su construcción.
Después de un rato, nos alejamos de las ruinas, aunque el grupo estaba reticente porque el lugar es encantador. Era tiempo de almorzar, así que la resistencia duró poco. Como no soy muy adepta a tomarme la hora del almuerzo, mientras los demás se perdían en algún plato, salí a recorrer algo de Urubamba. La Plaza Principal, la Iglesia, la peatonal. No mucho más.
Al regreso, atravesamos diversas poblaciones que se extendían a la vera del camino. Las festividades religiosas ganan las calles, y desde el ómnibus pudimos presenciar varias peregrinaciones y celebraciones populares. Las imágenes de los santos abandonan las iglesias, y el pueblo acompaña en su paseo por las calles. El destino siguiente eran las ruinas de Pisaq.

Pisaq

El atardecer comenzaba a caer cuando nos encontramos con las terrazas que se prolongaban sobre las laderas de los cerros. La caminata en subida, era agotadora. En las alturas había un cementerio arqueológico, y también el hábitat de cóndores. Pudimos recorrer un poco antes de que nos avisaran del horario de cierre del centro arqueológico.
Antes de volver a la ciudad pasamos por el centro urbano de Pisaq para visitar un taller de platería. Una serie de locales comerciales dedicados a la venta de piezas artesanales realizadas en plata se prolongan uno al lado del otro. Mientras una mujer nos explicaba cómo se trabajaba la plata de la forma tradicional, y los diseños que realizaban (siempre únicos), un artesano hacía su trabajo minuciosamente a la vista de todos. Las piezas eran trabajadas con tallas y con piedras preciosas y semi preciosas de la zona.
La oferta de platería era sumamente tentadora. Realmente los diseños eran muy atractivos. Y también costosos, en muchos casos. Sin embargo, había piezas de distinto tamaño y para todos los  presupuesto. No deja de ser una curiosidad visitar los locales, escuchar las explicaciones de los vendedores y artesanos. Se aprende de piedras y simbologías. De oficios y tradiciones.
El Valle Sagrado, es sin dudas, mágico. En su recorrido permite sumergirse de lleno en un cúmulo de historia, de cultura y también de naturaleza. Sorprendentes sitios que hacen volar la imaginación y que nos llevan a involucrarnos con la energía del universo que se concentra en esos espacios de conexión. Porque cuando vas por tu deseo, vas por todo. La estancia en Cuzco fue un regalo hiper completo para hacer realidad un anhelo, por eso, recorrer los sitios arqueológicos fue un lujo que bien vale permitirse. Aún me quedaban sitios arqueológicos en los alrededores de Cuzco que todavía me permitieron conocer, aprender y disfrutar mucho más.

Galería de fotos

Chinchero

Chinchero

Chinchero

Chinchero

Chinchero

Chinchero

Chinchero

Chinchero


Chinchero

Chinchero

Chinchero

Chinchero

Chinchero


Moray

Moray

Moray


Moray


Moray

Moray


Maras


Maras

Maras

Mirador Río Urubamba

Urubamba


Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Ollantaytambo

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq

Pisaq