domingo, 3 de julio de 2016

[#DIARIODEVIAJE] Diez cosas que no me gustaron de Iguazú

Estaba maravillada de estar en Iguazú. Me sentía en una dimensión diferente, absolutamente distinta de donde había estado dos horas antes. Me veía transitando la ruta en la combi que me llevaba hasta la ciudad rodeada de un verde intenso, inmenso, inconmensurable, indiscutido. Había mariposas volando por todos lados, con colores brillantes, tamaño enorme y andar lento. Hacía calor y había mucha humedad. A ambos lados del asfalto había derroche de exuberancia.
1) Antes de llegar al casco urbano, la combi se detuvo detrás de una fila de vehículos que esperaban su turno para que funcionarios municipales pasaran a realizar el cobro de la tasa municipal por acceso a la ciudad. Fue la primera cosa que no me gustó. El supuesto objetivo de la tasa municipal es para solventar acciones ecosustentables. Resulta injusto que apliquen un canon por acceder a la ciudad, siendo que además los ingresos por turismo son importantes como para poder desarrollar actividades que redunden en el beneficio de todos. Pero no hay otra opción más que pagarla.
2) El colectivo que lleva al Parque Nacional tiene una buena frecuencia, y cubre el horario en el que está abierto el Parque, aún en las noches en las que se realiza la actividad de luna llena. Sin embargo, el costo resulta elevado. Son 130 pesos ida y vuelta, siendo que la ida y vuelta al Parque del lado brasilero es de 80 pesos. Una tarifa que no tiene relación y que habla de la inflación de los precios a causa del turismo. Si bien, es cierto, para los lugareños la tarifa es diferente, para los turistas el costo es bastante elevado y desproporcionado con el circuito a Foz.
3) Una vez que llegué al Parque, emocionada como estaba de encontrarme en ese lugar, encontré que no me sentí a gusto con algunas cuestiones. La primera fue la conducta desafortunada de algunos turistas que alimentan a los animales, y no sólo los alimentan sino que ante eventuales actos de arrebato de los monos o coatíes, los golpean. El problema de eso, es que el personal del parque muchas veces permanece inerte ante dichas acciones y no hace nada para que los turistas corrijan esas acciones.
4) El precio excesivo de los productos que se comercializan en los kioscos y puestos de venta dentro del parque es prohibitivo para muchos visitantes.
La presencia del Sheraton Hotel dentro del Parque. Un lugar que debería ser ecológicamente sustentable y preservar los recursos naturales, no debería tener un hotel dentro de un Parque Nacional. Mucho menos, si con la excusa de generar acciones ecosustentables nos cobran una tasa de acceso a la ciudad.
5) En el Ente de Turismo de la ciudad el personal que estaba para la atención al público no manejaba la información respecto de los atractivos. Sólo ofrecían información acotada respecto del Parque, el Hito Tres Fronteras, el Bar de Hielo y la Aripuca. Es decir, no tenían información de otros atractivos o actividades que pudieran realizarse en la ciudad. Algo que no sucedió en la Oficina de Turismo de toda la provincia.
6) En cuanto a la seguridad, en todos lados afirmaron que no sucedían hechos delictivos y que se podía circular con absoluta tranquilidad por cualquier lado. Sin embargo, en mi primera noche en la ciudad, alguien entró al hostel a robar. El hecho pudo ser resuelto, sin embargo, si alguien se animó a entrar en el hostel y acceder a alguna de las habitaciones, no es algo que tan raramente pueda ocurrir tal como lo afirmaron luego.
7) Algunos pobladores con los que hablé me contaron que en general el lugar es bastante tranquilo y que si sucede algo, es gente que viene de afuera. Siempre la responsabilidad es de los que vienen de afuera aparentemente. Pero me contaron también que los sueldos suelen ser de bajos ingresos y que la electricidad suele ser lo que colapsa más fácilmente. Que con frecuencia se producen cortes de energía y que las calles en las afueras del centro suelen ser muy oscuras. En relación con eso, la realización de un emprendimiento como el del bar de hielo me resulta que genera un alto consumo de energía que podría ser mejor aprovechado. El calor que hace en Iguazú es a veces insoportable y para las personas que viven allí contar con un mecanismo de aire acondicionado o similar, es más que un lujo, una necesidad. Sin embargo, lo que tienen son frecuentes cortes de energía. Aún si tuvieran aire acondicionado, no lo podrían utilizar.
8) En las calles de Iguazú hay muchos vendedores ambulantes, muchos de ellos pertenecen a la comunidad guaraní que ofrecen piezas realizadas en madera que tienen forma de animalitos de la selva. Así, se ve a mujeres con niños pequeños quienes ofrecen las figuras, pero también mendigan monedas. En algunos casos, algunos pobladores me contaron que los guaraníes suelen ser discriminados. Una chica me contó que en el colegio tenía una compañera "indiecita" con la que compartía el banco, pero que el resto de la clase se burlaba no sólo de la "indiecita", sino también de ella por sentarse a su lado. Y que luego de unos días, su compañera de banco no apareció más por la escuela. Luego agregó que suele haber discriminación para con los guaraníes porque son sucios, no se bañan, no se integran, y que además, tienen un plan social que cobran y lo gastan en el casino. No me gustó nada todo eso. Que hubiera niños teniendo que mendigar, que haya tanto prejuicio y discriminación, y que todo eso lleve también a la deserción escolar y la repetición de un círculo vicioso que resta antes que sumar.
 9) Que las excursiones que se ofrezcan sean sólo las típicas de Cataratas del lado argentino y brasilero, y las Ruinas de San Ignacio y minas de Wanda. En la zona hay muchos lugares naturales, hay parques provinciales cercanos como el de Andresito, sin embargo, si no se dispone de vehículo 4x4 y se viaja por cuenta propia, no hay posibilidad de conocer esos lugares. En otro tiempo tuve oportunidad de hacer ese recorrido por una agencia, pero ya no se realiza ese circuito y no se advierte intensión de generar alternativas turísticas hacia esos destinos.
10) Falta mejorar la implementación de separación y reciclamiento de residuos ya que si bien hay cestos para la separación, no se observa que se realice efectivamente. Eso es fundamental, esencialmente para mejorar la calidad de vida de los lugareños.
Iguazú es un lugar al que hay que ir. Las Cataratas hay que visitarlas, Pero además, sería bueno que se pudiera conocer de un modo más integral la ciudad, sus variados atractivos para que la movilización de turistas no se concentre únicamente en los saltos de agua. Para que la estadía resulte gratificante, no dejan de ser puntos sobre los que todavía hay mucho para hacer y mejorar.

6 comentarios:

  1. Llegue ayer de las cataratas y todo lo que se dice en el artículo es verdad,coincido plenamente, aunque le faltó nombrar a los fotográfos y camarógrafos que acosan a los turistas y les hacen fotos sin pedir permiso para luego vendérselas pegadas a un cartón con impresiones de las cataratas y su fauna o dentro de un llavero de plástico. Ver a las mujeres Guaraníes sentadas en el suelo descalzas, durmiéndose y con dos o tres niños, vendiendo artesanías que hacen en china es desolador. Pero también es cierto, hay que ver la magestuosidad de las cataratas, porque lamentablemente el abuso y la corrupción la encontramos en todo el mundo.

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo! Estuve hace unas semanas y persibi lo mismo con respecto al poco respeto que tiene el turista con la fauna del parque. Lo mismo pasa del lado brasilero.
    El transporte mas usado x el turista es el remis.

    ResponderEliminar
  3. Algo que me parecio inadmisible, es que haya un espacio de la vista de las cataratas reservado exclusivo para fotógrafos, es decir, te prohíben sacarte fotos desde ahi!
    pd: coincido también con tu post, no cuidan a la reserva y sus habitantes como deberían.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, el espacio exclusivo para fotógrafos no sólo me pareció abusivo sino retrógrado. Y sucede tanto en las excursiones diurnas como en las de luna llena.

      Eliminar