El Museo de la Conmebol fue inaugurado en 2009 por la Confederación Sudamericana de Fútbol. Está ubicado en la localidad de Luque, a unos 20 kilómetros de la capital paraguaya. Desde el centro algunas líneas de colectivo nos llevaban hasta el Museo. El trayecto demandó más o menos una hora de viaje. El colectivo comenzó a superpoblarse hasta el punto de que los últimos pasajeros estaban casi en su totalidad afuera del bus, apenas aferrados del pasamanos.
Nos bajamos en la esquina del predio. Los edificios de la Conmebol eran como una isla en medio de un paisaje de construcciones bajas. En su atractivo parecían transportar hacia otra dimensión. Una pelota gigante era el centro de una fuente alrededor de la cual se encontraban otras. Una auténtica fuente de fútbol.
A pesar de haber realizado la reserva desde Turismo, cuando llegamos al lugar, la seguridad no nos permitía el acceso si no teníamos la autorización de la Conmebol. Le explicamos la gestión realizada por la Oficina de Turismo, y cuando el vigilante ya nos estaba despachando, a través del handy le dieron la orden de dejarnos pasar.
En el recinto donde está el museo temático funciona también un centro de exposiciones. El salón al que se accede es imponente. Apenas se atraviesa, las copas colocadas en vitrinas, deslumbran. El guía del Museo sale a recibirnos. Nos pregunta de dónde veníamos y nos da las indicaciones del caso. Luego, la información acerca de nuestra procedencia la utilizará para dar cuenta de sus conocimientos de los clubes de fútbol de Argentina. A cada rato aparecerá con algún comentario de jugadores, datos históricos y hasta un desafio... si responde correctamente se hace acreedor a un premio! Simbólico pero desafiante, entretenido, sólo para saborear un instante de gloria, quizá como todos los que dejaron su estampa en la historia del fútbol sudamericano.
Los paneles hablan de momentos gloriosos, de triunfos que llevaron a equipos de distintos países a alcanzar el podio de la victoria. Muestran las jugadas, relatan anécdotas, exhiben camisetas, cuentan estadísticas, rescatan la memoria colectiva. Cada año está reflejado en un panel diferente con las copas jugadas en ese período. Es una forma de viajar al pasado y revivir la historia de los clubes y también rememorar la pasión y la gloria.
La cultura de cada uno de los países de Sudamérica, los elementos que hacen a su esencia y su identidad están también representados en espacios dedicados a cada nación, porque el fútbol es parte de ese ser nacional y de sus tradiciones. Es un factor importante de unión entre los pueblos y de esperanza. Es un mecanismo de integración social, un generador de talentos y de magia.
La importancia del fútbol para Sudamérica es la temática del video que se proyecta en el espacio audiovisual donde también se le rinde tributo a las personalidades más destacadas en ese deporte de cada país.
Después de conocer el lugar, recorrer cada una de las vitrinas con las copas más importantes del fútbol sudamericano, el visitante obtiene una visión amplia e integradora del significado del fútbol sudamericano para la región. Imposible no contagiarse de la pasión y la emoción futbolera, más allá del negocio que se mueve a su alrededor.
Al día siguiente de la visita al Museo del Fútbol Sudamericano tenía lugar el partido en el que River y Boca se enfrentaban por el pase a la siguiente ronda de la Copa Libertadores. El encuentro fue puro desencuentro, quizá el antipartido y una muestra de antifútbol. Imposible no imaginarse qué dirían en el futuro los paneles que relaten los episodios de la edición 2015 de una de las copas más preciadas de Sudamérica.
La recorrida lleva al menos dos horas, la entrada es gratuita, pero siempre es necesario acordar previamente la visita.
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