Había visitado Lago Puelo en otras ocasiones. Siempre me pareció un lugar precioso. Y ciertamente lo es. El pueblo es pequeño, pintoresco, tranquilo y lleno de flores. A unos 5 kilómetros está el Parque Nacional, un sitio de increíble belleza.
La primera vez que fui a Lago Puelo era verano. Las frutas silvestres estaban a pleno en esa época. La rosa mosqueta, la zarzamora, las frambuesas. Recuerdo que fue lo que más me impactó. Había en el ambiente un sabor dulzón que lo hacían espeso, denso y sabroso a la vez.
Mi recuerdo de Lago Puelo, desde entonces tiene que ver con el lago, las montañas con picos nevados, y la densidad intensamente dulce en el ambiente. Cada vez que vuelvo siempre ese recuerdo acude a mi memoria inmediatamente. Mis retornos hasta ese lugar nunca volvieron a ocurrir en el verano, sin embargo, no deja de ser un lugar hermoso en el que la esencia que le da identidad sigue intacta.
Mi último día del viaje que me dio la revancha de disfrutar de unos días en la Patagonia para contrarrestar la experiencia inconclusa de una travesía anterior, lo dediqué a reecontrarme con ese pequeño lugar del mundo.
Tomé el colectivo en el centro de El Bolsón y un rato más tarde me estaba bajando en Lago Puelo. Con frecuencia de una hora, los colectivos hacen el trayecto de ida y vuelta entre cada una de las localidades.
El día se presentaba nublado y un poco ventoso. No había mucha gente en el PN y las embarcaciones que suelen ofrecer paseos por el lago tenían salidas esporádicas, dependiendo de la cantidad de pasajeros. Algunas personas que habían realizado la navegación me recomendaron realizarla con una lancha que se ubicaba al fondo del muelle y que ofrecía un paseo de una hora por un precio accesible. Resulta que la escasez de pasajeros y el clima inestable hicieron que esa lancha no saliera. Había otra, pero por el mismo paseo la tarifa era mucho más cara. Me ofrecieron el paseo por el lago, u otra navegación más extensa hasta el límite con Chile y la posibilidad de desembarcar y hacer una breve caminata. El costo era excesivo y desistí. Quedará para otra ocasión.
En el PN hay senderos en los que pueden hacerse caminatas accesibles, y otras más complejas. Hay subidas hacia los miradores con bellas postales y también senderos interpretativos y circuitos más extensos. También tiene áreas de descanso y playitas que en verano se vuelven un lugar ineludible para tomar sol y disfrutar del paisaje tanto para lugareños como para visitantes.
El sendero de las sombras propone un recorrido interpretativo a través de una pasarela que permite internarse en un bosque y conocer la vegetación nativa. Los pájaros son la compañía perfecta para un lugar lleno de tranquilidad. A pocos metros se accede también al sendero del Pitrato Grande, Tiene un kilómetro de extensión en el que se observas especies vegetales y se encuentran algunos ejemplares de arrayanes. Muy cerca de allí se encuentra el Jardín Botánico donde se pueden observar especies nativas. El Sendero de los Antiguos Pobladores lleva a recorrer una gran área a través del valle.
Otros recorridos que pueden realizarse son la senda a Los Hitos, que consiste en 14 kilómetros de caminata hacia el límite con Chile. Se atraviesa el bosque nativo, se observan los rápidos del río Azul. En el sector Río Turbio hay senderos y espacios para acampar.
El PN Lago Puelo también se vio afectado por los últimos grandes incendios que dañaron los bosques patagónicos. Símbolo de esa tragedia que afectó al ambiente natural andino-patagónico son los árboles resecos que permanecen en pie a orillas del camino y en las laderas de las montañas.
En el límite entre el PN y el pueblo, se pueden contratar cabalgatas guiadas, y también adquirir algunos productos típicos, almorzar o visitar casas de té como Canela en Casa, que suelen estar habilitadas durante la temporada de verano.
En el centro del pueblo se encuentran las dependencias públicas, la plaza principal y la avenida comercial.
En sentido contrario al lago, y a uno metros del centro, se encuentra el acceso a la Pasarela del Río Azul, una caminata que no sólo permite conocer el río, si no que lleva a otros senderos donde se pueden descubrir algunas cascadas muy bonitas.
En cualquier época del año, se puede disfrutar mucho de Lago Puelo. Sin embargo, en verano todas las posibilidades están abiertas para recibir a todos los que quieran deslumbrarse con su belleza.
Esa fue la última posta de un viaje que fue una auténtica revancha. Me quedaron en el tintero algunos sitios clave. Epuyén me cautivó, y realmente queda mucho por recorrer allí. En El Hoyo fue una recorrida muy rápida y en El Bolsón, me queda pendiente la visita al cerro Piltriquiltrón y su bosque tallado y su centro invernal en el Cerro Perito Moreno.
Viajar fuera de temporada tiene muchas ventajas, se disfruta mejor del lugar ya que no hay que compartir los espacios con tantas personas. Sin embargo, también se dificulta el acceso a ciertos atractivos. El Cerro Piltriquiltrón es sólo un ejemplo. Pagar una excursión está muy fuera de presupuesto y la posibilidad de hacer dedo se ve restringida por el menor tránsito. Por suerte la naturaleza es pródiga y ofrece muchas más alternativas para reemplazar aquellas que no se pueden concretar. Por fortuna también, siempre hay revancha.
muy descriptivo tu relato, me gusto mucho
ResponderEliminarMe alegra mucho tu comentario, gracias por tu apoyo :)
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