Cuando un deseo es intenso, el universo conspira a favor. Algo de esa verdad se descubre en la narración de un viaje que inicia en el interior y que termina materializándose en kilómetros recorridos por Sudamérica.
Caminos Invisibles es el resultado de una experiencia de viaje, pero también es una historia íntima, de la persona frente a sus sentimientos, sus interrogantes, sus inquietudes y sus decisiones. Es la elección de una vida diferente, el enfrentamiento de los temores, es entregarse al propio deseo. Y es también una historia de amor.
Laura Lazzarino y Juan Pablo Villarino eran dos viajeros solitarios con intereses e inquietudes similares a quienes el viento amontonó en un mismo camino, un mismo proyecto. Desde entonces viajan juntos, y hacen camino al andar circulando a dedo por rutas inesperadas.
El relato inicia con el encuentro entre ambos, las etapas que cada uno atravesaba y la unión en un nomadismo que los llevaría a atravesar las fronteras de Sudamérica. Mientras Juan Pablo ya se había lanzado a circular por intrincados itinerarios de un fragmento del mundo, Laura aún se debatía en la toma de una decisión fundamental para su vida.
Mover una ficha para que el resto se acomode solo. Eso fue lo que sucedió. La reunión de ambos fue el puntapié que dio inicio a un viaje de conocimiento y reconocimiento, de la propia persona, del otro, y también de los caminos que los guiarían al interior de Sudamérica. En sus miles de kilómetros recorridos, Laura y Juan dejaron su huella por Argentina, la Antártida, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil y las Guayanas.
Alejados de las rutas turísticas, los dos nómades se internan en la historia y en las tradiciones de los pueblos, y se empapan de la hospitalidad de su gente. Entran en contacto con diversos grupos étnicos y rompen con mitos y prejuicios.
Caminos Invisibles dibuja una trayectoria que lleva al lector a internarse junto con los protagonistas en las profundidades de un territorio amplio y misterioso. La información contextual es abundante y muy interesante. Las reflexiones, también. Son experiencias bien contadas, con un relato que da gusto leer y que tiene momentos de profunda emoción.
Una ruta imaginaria esbozada en un mapa, se transforma en un desafío para Laura y Juan. El autostop es la consigna que atraviesa sus viajes. Es una forma de entregarse a la magia del camino, y abrirse a sus posibilidades. Echarse a andar y compartir esas vivencias en un cúmulo de anécdotas y reflexiones es la forma de vida que eligieron, y es la fórmula que seguramente inspirará a muchos indecisos a lanzarse a la aventura de una vez por todas.
El libro se consigue a través del blog Acróbatas del Camino.
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