Días de Viaje lleva primero a bucear por los propios anhelos, clarificar las ideas, desafiar los límites. Después, lo que resta es animarse, enfrentar las adversidades, y hacer del camino un hogar, una forma de vida,
La siguiente aventura viajera la depositó en el Sudeste Asiático. Sus vivencias por el otro lado del mundo la llevaron a conocer culturas diferentes, a superar las barreras comunicacionales y a adoptar la pasión por coleccionar los naipes que el azar le presentaba en el camino. Se sumergió en el interior de China, donde pasó una temporada recorriendo pueblos con dialectos propios que no fueron un impedimento para comunicarse, pero sí un argumento suficiente para orientar su brújula hacia otro destino cuando la necesidad de otro rumbo se hizo presente.
Desde su más tierna edad, Aniko Villalba se anima a viajar, primero con su imaginación, después con su mochila. Arma un mundo, y después sale a conquistarlo. Sus días no se rigen por la misma rutina que unifica al resto, viaja por ahí, y cada anécdota se convierte en un hito que marca su vida.
Su experiencia viajera le dio un cúmulo de conocimientos que ningún manual le hubiera enseñado, y que ningún título de la facultad puede acreditar. Como muchos viajeros, entre sus primeras lecciones aprendió que hay mucha gente buena y dispuesta a ayudar, echando por tierra muchos de los prejuicios con los que los mandatos sociales suelen acosar a cualquiera que esboce cruzar sus límites. Sus primeros pasos fueron por Latinoamérica, y su primer gran obstáculo lo encontró en el dengue, que la obligó a una estadía en un centro de salud y un retorno anticipado. Pero como no se trataba de simplemente de deshacer maletas, y quedarse cruzada de brazos resignándose a una vida diferente a la que había elegido, el universo jugó a favor para que al poco tiempo, Aniko se encontrara otra vez en la ruta.
La siguiente aventura viajera la depositó en el Sudeste Asiático. Sus vivencias por el otro lado del mundo la llevaron a conocer culturas diferentes, a superar las barreras comunicacionales y a adoptar la pasión por coleccionar los naipes que el azar le presentaba en el camino. Se sumergió en el interior de China, donde pasó una temporada recorriendo pueblos con dialectos propios que no fueron un impedimento para comunicarse, pero sí un argumento suficiente para orientar su brújula hacia otro destino cuando la necesidad de otro rumbo se hizo presente.
Después de tanto andar, ya no se vuelve al mismo lugar de la misma manera. Y eso también es parte del relato de Aniko Villalba. Como una mariposa que se asienta a reposar pero no detiene su aleteo, su espíritu inquieto no termina de llegar que ya empieza a partir. Un nuevo episodio de su vida la encuentra rodando por Europa, África y nuevamente América Latina.
Días de Viaje es un compendio de experiencias, de rutas, de sensaciones, de proyectos, de anhelos. Con su relato, Aniko te convierte en su compañero de viaje formando parte de sus elecciones y de su forma de vida. En su capítulo final, apela directamente a tu sensibilidad y desarma todas las excusas. Te invita a viajar, pero esta vez, la decisión de colgarse la mochila y salir a recorrer el mundo, corre por cuenta tuya.
Actualmente Aniko está viviendo en Europa, pero el libro puede adquirirse a través del blog y se envía por correo a todo el mundo.
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