domingo, 5 de abril de 2015

[‪#‎INFOTURISTICA] Turismo Religioso: Catamarca

Erguida frente a la plaza principal de la ciudad de San Fernando, la capital provincial, la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle de Catamarca, se deja descubrir de un modo instantáneo en un paisaje de construcciones predominantemente bajas.
  

Es que la capital catamarqueña tiene un perfil modesto, pausado, silencioso. En ese panorama, el color rojizo de su fachada, sus torres con campanarios que se impulsan para tocar el cielo y sus columnas imponentes, el frontis triangular y su marcada impronta neoclásica actúan como un imán irresistible. El templo, obra del Arquitecto Luis Caravatti, fue construido entre 1859 y 1875, y es uno de los más importantes de la provincia.
En su interior, la atmósfera silenciosa, de meditación, de respeto se expande a través de la nave principal, las dos laterales, y las capillas interconectadas. La cúpula tiene una altura de 42 metros,  y en su cúspide porta una cruz de hierro. Los vitrales de origen alemán que contienen imágenes religiosas  y los magníficos detalles interiores producen asombro. El atrio se prolonga hacia la vereda, como si el templo mismo hiciera expresa su integración con la comunidad e invitara a los transeúntes a conocerlo en profundidad. El altar mayor, realizado en mármol blanco de carrara, rinde homenaje a Nuestra Señora del Valle de Catamarca.

Una escalera conduce hacia el camarín de la Virgen, un espacio de recogimiento y oración. Los feligreses hacen fila para pasar frente a la imagen de la santa y susurrarle bien de cerca los pedidos y oraciones o expresarle su agradecimiento. Nuestra Señora del Valle no sólo es la patrona de la provincia de Catamarca, sino también del Noroeste, de los algodoneros de la provincia del Chaco, del paracaidismo y del turismo.

Durante más de cuatro siglos, la imagen es venerada por los fieles en reconocimiento de sus favores. Se le atribuyen milagros entre los que se cuentan la cura de enfermedades, la salvación del pueblo de las plagas de gusanos y langostas  y algunos casos de resurrección.
La historia cuenta que la imagen pequeña de la Virgen de rasgos morenos y con las manos juntas fue encontrada en una gruta a principios del siglo XVII por un joven aborigen. Tuvo varios destinos, hasta que finalmente encontró su hogar definitivo en la Catedral, edificio que fue declarado Patrimonio Histórico Nacional, en 1941. 
El segundo domingo después de pascuas y el 8 de diciembre son los días en los que se le rinde especial tributo a la Virgen. La imagen es trasladada desde su camarin al trono junto al altar mayor, se hacen repiques con las campanas y luego se realiza la peregrinación por las calles de la ciudad. En la procesión no sólo participan residentes de la provincia, sino también de distritos vecinos. Es, junto con las peregrinaciones de Itatí y Luján, uno de los movimientos religiosos más importantes del país. 













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