Para empezar, hay que decir que es la ciudad más antigua de Neuquén, cuyo primer asentamiento data de 1883, y que esos rasgos se perciben en la fisonomía de sus construcciones. Casitas pequeñas que se expanden más allá del casco céntrico y se pierden entre los cerros.
Está ubicada a 380 kilómetros de la capital provincial, en el circuito de la mítica Ruta Nacional 40, y en la puerta de acceso al Parque Nacional Lanín. También integra el Corredor de los Lagos de la que forman parte localidades como Villa Pehuenia-Moquehue, Aluminé, Piedra del Águila, San Martín de los Andes, Villa Traful y Villa La Angostura.
Su fuerte se podría decir que comenzó siendo la pesca. Es una de las principales actividades turísticas y no en vano es considerada la Capital Nacional de la Trucha y parte de ese reconocimiento se percibe en sus calles donde hasta los carteles indicadores señalan el nombre de las arterias en letreros con forma de pescados. Pero el ámbito propicio para rendirle tributo a esta actividad son los cursos de agua, que los hay y variados. Los ríos Malleo, Curruhué y Chimehuin, y los lagos Huechulafquen, Epulafquen, Paimún, Tromen, Curruhué Chico y Grande y la Laguna Verde.
Es una población pequeña y tranquila. Alrededor de la plaza principal -que tiene variadas especies de árboles- se encuentran algunas instituciones tales como los bancos, la Oficina de Turismo, el Museo, el centro de artesanos y algunos locales comerciales que forman el eje de la vida social. Unas cuadras más allá se encuentran la Municipalidad y uno de los edificios más simbólicos de la ciudad, el Santuario Nuestra Señora de las Nieves y Beata Laura Vicuña.
El templo tiene la particularidad de representar en el diseño de su arquitectura la vinculación entre el simbolismo mapuche y las creencias de la religión católica. En esa mixtura, la imagen de la Virgen viste atuendo mapuche, y la Beata Laura Vicuña es también receptora de pedidos de milagros y agradecimientos. Su historia está presente en el acervo de la población con un arraigo tal que se advierte su presencia en colegios y acciones de ayuda al bienestar de la sociedad. El edificio tanto en sus paredes, pisos, atrio, puertas, está cubierto de simbolismos que resaltan el rasgo cultural del encuentro entre las creencias de los pobladores.Tanto el relato de cómo llegó a ser considerada beata como la presencia y significado de la simbología mapuche pueden escucharse de la palabra de los guías que acompañan en la visita al templo.
La costanera, a orillas del río Chimehuin, es un buen lugar para caminar, observar la avifauna o sentarse a contemplar el paisaje. Hacia el lado opuesto, unas cinco o seis cuadras más allá, una callé conduce al Paseo Via Christi, en el Cerro de la Cruz, al cual se accede previo pago de una entrada. Obra del arquitecto Alejandro Santana, el sendero autogestionado propone un recorrido de más de 2 kilómetros en los que se representa la vida de Jesucristo. Hay 22 estaciones en las cuales las figuras escultóricas de tamaño real llaman la atención por mezclar fragmentos bíblicos con rasgos mapuches y los símbolos pertenecientes a la cosmovisión de los pueblos originarios. Es un camino ascendente desde donde se obtiene también una linda vista de la ciudad.
Los principales puntos de interés turístico de Junín se pueden visitar en un día. Pero el entorno natural es ideal para realizar actividades de turismo aventura como cabalgatas, mountain bike, rafting, trekking o visitar las Termas de Lahuen Co, en el Parque Nacional Lanín.
Desde San Martín de los Andes, hay colectivos regulares que permiten la circulación frecuente entre ambas localidades. Para una estadía más prolongada, la oferta de cabañas, hoteles y campings abarca los distintos presupuestos y comodidades. Las opciones gastronómicas se inclinan por truchas y cordero patagónico.
Junín de los Andes tiene historia, tradición, una identidad cultural de fuertes lazos con las raíces originarias, y un paisaje patagónico diferente que encuentra su pico de máxima expresión en el Volcán Lanín. Instalada a la vera de la Ruta Nacional 40 y entremezclada con las poblaciones del circuito de los lagos, es una ciudad que atrapa con su pequeña timidez.
Si alguna vez estuviste en Junín de los Andes, te invito a compartir tu experiencia. Si no lo hiciste, es una buena razón para incluirla en tu itinerario.
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